La Mujer Capricornio




No hay un modelo típico de mujer Capricornio. Podrás verla dirigir con toda eficiencia una asociación de padres y maestros, freír hamburguesas en una cafetería u organizar el baile de caridad más impresionante de la ciudad, puede brillar en las columnas de noticias sociales, o verter líquidos misteriosos en tubos de ensayo. Pero no importa lo que haga ni la ropa que use: Saturno regirá sus acciones y sus objetivos secretos.

Puede ser ultra femenina, tan coqueta y encantadora como para conseguir que un hombre se sienta capaz de protegerla de este mundo frío y cruel; pero también puede mostrarse gélida, silenciosa y distante, instalada en su pedestal de mármol mientras te desafía a que tengas la habilidad suficiente para ganar su distinguida mano. No importa la personalidad que proyecte: por debajo de sus artilugios femeninos o de su modalidad práctica y sensata, siempre está la misma meta: una acerada determinación de atrapar al hombre justo, capaz de llegar a ser importante, de hacerla sentir orgullosa y de ser buen padre para sus hijos.

Son tantas las muchachas Capricornio que tienen una carrera, que se podría pensar que el amor y el matrimonio pasarían siempre a segundo plano. Con el amor, eso es cierto; con el matrimonio, no. Lo que hay que entender es que las metas de Capricornio son la seguridad, la autoridad, el respeto y la posición. Poco importa que esas necesidades se satisfagan detrás de un escritorio como ejecutiva, o junto a un marido ambicioso cuya vida social y hogareña ella pueda manejar con fácil gracia y planteamiento cuidadoso.

De una manera o de otra, la mujer Capricornio conseguirá que la reconozcan. Es sorprendente cuantos nativos de este signo, de uno u otro sexo, tienen un excepcional talento artístico. Tal vez les venga de su sentido innato del equilibrio y de la armonía, que les lleva a saber lo que es placentero y lo que es correcto. El punto es un poco delicado, pero incluso las mujeres saturninas a las que puedes conocer desempeñándose en la profesión más antigua del mundo, terminarán por casarse con el más rico de sus clientes. El destino de la Cabra es trepar. No importa que el punto de partida esté situado alto o bajo: cuando llega a la cima es cuando la vista le parece más satisfactoria.

No hay oropeles en la mujer Capricornio; jamás la verás abrirse paso a gritos y codazos hasta el primer lugar. Hasta puede ser que pienses que es lo bastante dócil como para conformarse con ver la competición desde uno de los asientos del fondo. Espera, y verás a quien ascienden.

Uno de los rasgos más típicos y deliciosos de estas muchachas es su natural aristocracia, la gracia de sus modales. Puedes conocer a una chica Capricornio, hija de un hombre humilde, pero tu estarás convencido de que fue a una de las mejores escuelas de educación social para señoritas, tal es su sentido, innato en Capricornio, de la corrección social y de las apariencias y convenciones más conservadoras.

Cualquier hombre que inicie una relación con la Cabra debe estar al tanto de algo que es básico para conocer a este signo solar: parecerá dotada de un temperamento más equilibrado y de más estabilidad emocional de lo que realmente tiene. Su modalidad puede convencer a cualquiera de que es tan firme como una roca, y de que nada puede conmover la calma de su superficie. La verdad es que esta sujeta a mil y un cambios anímicos. Todas las mujeres están sujetas a cambios de humor, pero las de Capricornio pueden caer en periodos realmente muy negros y prolongados. Si se siente maltratada o desdeñada, eso le dará para días, semanas y hasta meses de cavilación. Aunque ella diga que eso es ser practica y sensata, la tristeza, el pesimismo y la depresión característicos de Saturno tienen raíces mucho más profundas. Lo que los desencadena es el miedo al futuro, la preocupación por el presente y el dolor por el pasado.

Les cuesta aceptar las continuas bromas, de manera que evítalas. A decir verdad, a Capricornio le resulta imposible ver el chiste cuando ella es la víctima. No es necesario que estés constantemente cubriéndola de halagos, pero no le hagas bromas sobre asuntos importantes, y elógiala con la frecuencia suficiente como para que se dé cuenta de que comprendes su verdadero valor.

Para ella es difícil relajarse en situaciones románticas. Bajo la fría superficie de Capricornio, el deseo físico es intenso, en mayor medida de lo que la mayoría sospecha, y jamás se satisface con relaciones superficiales. Andar por ahí perdiendo el tiempo con abrazos que cortan el aliento y besos apasionados no es, decididamente, su deporte favorito, aunque una vez este segura de que tú eres el hombre adecuado será cálida, mimosa, afectuosa, e incluso apasionada. Las chicas de Capricornio quieren saber hacia donde las lleva la nave del romance, y si navegan por aguas seguras. Si piensas cruzar el umbral con una Capricornio en brazos, ten la seguridad de que los cimientos sean firmes.

Probablemente será escrupulosa en lo social, muy pendiente de la etiqueta. Las cosas deben ser correctas, y hay que respetar la tradición por encima de todo. Es posible que tenga la costumbre incongruente de querer comprar en las tiendas más caras y exclusivas, y sin embargo, insista en hallar cosas baratas. No tendrá inconveniente en comprarse un vestido de liquidación, siempre que la etiqueta sea de una casa buena.

Las mujeres Capricornio tienen una belleza peculiar y fresca; es raro encontrar alguna que no sea atractiva. Aún así, son tímidas y se sienten inseguras de su apariencia, de modo que necesitan que se les repita continuamente que son bonitas. Aunque odian todas las formas de engaño, caen en el pecado de no confesar la edad. De niñas parecen ancianitas y después florecen súbitamente para convertirse en mujeres que tras haber pasado la primavera de la vida tienen el aspecto de muchachas.

Desdeñar a su familia sería un error terrible. El hombre que se casa con una chica Capricornio se casa con sus parientes. Llegará un momento en que dejarás de reírte de los chistes sobre las suegras. Muchas veces, la mujer de este signo es el único sostén de su familia, ya sea en el aspecto económico o moral, ya en ambos. Es posible que cuide de sus padres enfermos, al punto de abandonar por completo  la idea de casarse. A veces, su sincero amor por la familia le hará placentero el sacrificio, pero incluso cuando no es así, su sentido de la responsabilidad y del deber le impedirá eludir la obligación. Vale más que te resignes a halagar a tu suegra, y esperamos que sea una mujer sensacional y que se lo merezca. No discutas de política con el padre de tu chica, y si es necesario que critiques a sus hermanos o hermanas, procura que la crítica sea constructiva y se base en una sincera creencia en sus potencialidades.

Es frecuente que Capricornio se encuentre con la carga de familiares pobres o inválidos, y una Cabra típica jamás dejará que el amor, por más ardiente que pueda ser, le haga descuidar esas obligaciones. Será mejor que empieces a pensar en tener uno o dos cuartos de huéspedes para los familiares que vengan de visita.

Pero la situación también tiene sus beneficios: tendrás una esposa cálida y considerada con tu familia también. Una chica Capricornio entenderá que semanalmente tengas que pasarles cierta cantidad de dinero a tus padres, y es probable que sea compañera de tus hermanos y hermanas. Es de las muchachas que, cuando la lleves a casa a presentársela a mamá, se ganan instantáneamente su aprobación. Como los hombres son tan desconfiados, esa actitud de aceptación puede hacer que den marcha atrás; siempre es más divertido tener que luchar contra las objeciones que le pongan a tu chica. Pero estarás dándote de narices a pesar de tu corazón, porque tu madre no se equivoca. Capricornio, si es una saturnina típica, será excelente esposa.

Es frecuente que el hogar de la mujer Capricornio dé la impresión de algo que se mantiene inmaculado con tanta facilidad y poco esfuerzo que uno diría que hay hadas y elfos ocultos en los rincones, que después de medianoche se ponen a trabajar, a lustrar y pulir, a cocinar y limpiar. Craso error. El último lugar donde se puede esperar encontrar esos seres imaginarios es en casa de un Capricornio. Por lo general, el sentido práctico de Saturno y su sólida fe en los hechos le impiden cualquier tipo de simpatía por lo invisible.

Es justo, sin embargo, reconocer que por más que no sea una soñadora o una adepta del ocultismo, una vez que tiene conocimiento de los hechos, es capaz de ver lo que hay de romántico y poético en las situaciones más ordinarias. Lo que ella reconoce es una forma terrenal de belleza que puede hacer que hasta lo burdo y lo feo parezcan encantadores gracias a su utilidad práctica.

La buena música la conmueve profundamente, y le fascinan casi todas las formas de arte. Tal vez necesite ver y tocar la magia para creer en ella. La mayoría de los Capricornio reservan su fantasía para la historia y los hechos heroicos del pasado.

En el alma de las muchachas de enero está siempre presente la poesía, aunque ellas no simpaticen demasiado con los poetas que se mueren de hambre en alguna buhardilla. Ocúpate de la comida y del alquiler antes de correr en pos del sueño, es el lema de Capricornio. Y además, sea el que fuere, asegúrate de que es un sueño que vale la pena conseguir. La Cabra no encuentra nada encantador ni fascinante en el fracaso.

Tal vez tengas que compartir tu esposa Capricornio con alguna causa. Será incansable en su defensa de los pobres y los desvalidos, pero es posible que prefiera concretar su caridad a través de esfuerzos de grupo, más bien que individuales. Las simpatías saturninas son habitualmente organizadas, rara vez dispersas. En los clubes femeninos, las nativas de este signo son líderes naturales.

Será probable que infunda a sus hijos su hábito de economía. Les enseñará que algo <<se come, se usa, se lo hace servir o se arregla uno sin ello>>. No por eso dejará de servirles los mejores trozos de carne ni de comprarles la mejor marca de zapatos. Para ella, económico no significa barato. Exigirá que los niños sean educados con la familia y los mayores, y es probable que les enseñe excelentes modales. No les consentirá ni les permitirá caprichos o desobediencias.

Aunque no le gustan los besos pegajosos, pocas madres son más delicadas que la Cabra; sus hijos contarán siempre con un oído atento. Tal vez sea un poco estricta, pero cuando le cuenten sus logros se convertirá en una oyente fascinada. El chico que vuelve de la escuela corriendo y grita: <<¡Adivina lo que aprendí hoy!>> contará siempre con la atención de la madre Capricornio, nunca demasiado ocupada para interesarse por sus hijos.

Cuando estos lleguen a la adolescencia puede haber algunas dificultades de comunicación, cuando el conservadurismo saturnino choque con el liberalismo juvenil; es el momento en que la Cabra puede necesitar ayuda para comprender el entusiasmo de los sueños adolescentes. Por dura experiencia, aprenderá que no puede restringir sus amistades, haciendo que se limiten a las que ella considera <<aceptables>>, pero tiene la inteligencia suficiente para adaptarse y no usar los cuernos, si la situación llega a tal punto que ella pueda salir perdiendo más de lo que gane.

Como muchas mujeres de este signo son de cutis sensible, no usan demasiado maquillaje, y hasta muchas de ellas son alérgicas a esos productos. Pero la naturaleza les dotó de una belleza natural que no necesita demasiados artificios, y que perdura mucho. Algunas mantienen una tez sorprendentemente fresca, rasgos firmes y los ojos brillantes hasta los ochenta años y más.

Ten paciencia cuando se trate de ayudar a tu esposa Capricornio a superar su falta de confianza personal. El hecho de que los delirios no la atraigan no significa que carezca de imaginación. Pon a prueba algunos de sus sueños prácticos, y te sorprenderá ver que bien funcionan.

Aunque la terquedad sea uno de sus defectos, no es quejosa ni insistente. Sin dejar de ser tierna y delicada, te empujará hacia el éxito y, a pesar de su actitud modesta y hasta dócil, sabrá como hacerte girar en torno de su dedo meñique. En su amor hay una riqueza profunda y más perdurable que el amor quebradizo, quemante y exigente de otras mujeres.

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